viernes, 16 de noviembre de 2012

The Company of Myself: apóyate en ti mismo

En The Company of Myself, nos ponemos en la piel de un hombrecillo que nos sumerge en una extraña historia narrada por él mismo.

En esta propuesta, deberemos resolver puzzles gracias a nuestra propia ayuda.
En este juego, controlamos al personaje a lo largo de breves fases en las cuales el objetivo es llegar a una puerta verde. Primero sin ayuda de nadie, más adelante gracias a nuestra propia ayuda, iremos avanzando y resolviendo situaciones mientras el protagonista nos va contando su historia. ¿Y qué significa eso de "nuestra propia ayuda"? Significa que después de superar las primeras fases, comenzaremos a necesitar apoyarnos en nuestras propias sombras para avanzar.

¿Cómo se consigue esto? Después de recorrer un trayecto, pulsando espacio volveremos al inicio de la fase, y veremos a nuestro fantasma (lo que éramos nosotros antes de pulsar la tecla) hacer el recorrido anterior. Gracias a esto podremos, por ejemplo, subirnos sobre él para llegar a lugares inaccesibles. En algunas pantallas se nos permitirá repetir este proceso hasta el infinito para crear multitud de copias de nosotros mismos, mientras que en otras habrá un límite de repeticiones. Además, a partir de cierto punto un segundo personaje entrará en escena, con lo cual la mecánica variará durante un tiempo. Pese a esto, se trata de un juego donde lo importante, más allá de replicarnos a lo loco, es pensar para encontrar la manera de resolver los puzzles que se presentan en cada momento.

Un segundo personaje cambiará la manera de avanzar durante un tiempo.
Los gráficos son simples pero coloridos, y cumplen sobradamente. La música de fondo ayuda a ponerle el punto melancólico al juego, una sensación ayudada por la narración que hace el protagonista de todo aquello que siente. Esta historia, culminada sobre todo por un sorprendente final, hace que no todo en esta propuesta sea tirar de palancas y saltar. El control responde perfectamente, y a veces la principal dificultad será averiguar cómo resolver algunas situaciones más allá de requerir habilidad y precisión en los movimientos. A pesar de esto, el juego puede completarse en poco tiempo.

Link a The Company of Myself, que se puede jugar en Kongregate. El creador hizo más tarde una precuela, llamada Fixation, con una mecánica y una apariencia bastante distintas, pero igualmente recomendable.

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